lunes, 25 de octubre de 2010

23 a 25 de Octubre.

De este fin de semana esperaba, sinceramente, muy poco ¿Alguna vez escucharon que las salidas improvisadas salen mejor que las muy organizadas? Bueno, créanlo. Estos tres días me reí mucho más que en una semana entera. Y con gente con la que no siempre salgo; eso fue lo mejor de este fin de semana.

Abi: cuidate más esas manos u_u

Sábado: A la mañana tuve patín, como todos los sábados; pero Sandra no vino y como éramos pocas para practicar los números del festival y todavía (mierda, terminen ya) nos queda un torneo, tuve que hacer la coreografía. Como ya ven, había empezado mal el día y no esperaba absolutamente nada, porque no había arreglado para hacer nada. Pero surgió la idea de hacer una noche de películas y como mi casa es pública, fueron bienvenidas las chicas de patín. Estuvimos hasta las 4 de la mañana riéndonos con una película de terror -Créase o no- comiendo pizza, charlando y jugando a las cartas.

Me salteé el Viernes, pero creo que no hice nada importante. Me reí con amigas y punto, eso es lo que importa.

Domingo: A la mañana tuvimos una exposición del colegio -Sí, un domingo, pero hoy nos dan asueto- desde las once hasta las cuatro y media de la tarde. Conclusión: Una mierda. Va, no tanto, siempre es preferible estar con amigos a estar aburrida en tu casa, viendo capítulos de los Simpsons que podrías citar de memoria con tu hermano. Pero nadie quiere estar hasta esa hora en el colegio y mucho menos un domingo. Cuando la exposición terminó, no esperaba hacer nada más que irme a mi casa y ponerme a leer, ver alguna serie, ir a molestar a mi prima... Pero surgió la idea de ir a tomar un licuado. Play Cafe estaba cerrado y nos fuimos a una heladería. Si hay algo bueno que reconozco sobre mí, es que tengo suerte. Mucha. Se me ocurrió pedir crema oreo y chocolate amargo. El heladero me sirvió el chocolate amargo y cuando abrió el tarro de crema oreo y lo quiso poner encima del gusto anterior, se le empezó a caer, porque la crema estaba recién hecha. Entonces, en vez de dejarme con las ganas, me la sirvió en un vaso aparte, más grande que el cucurucho anterior y más llena. Conclusión: ligué dos helados. La pasamos demasiado bien por estar en una heladería, hice reír a chicas con las que casi no hablo y ellas me hicieron reír a mí. Fue lindo, no sé. Ya compartí cosas con casi todas las personas del curso -Ya sé que ya terminan las clases, pero es más de lo que esperaba. Siempre dicen que es tan difícil ser nueva en un colegio... Nunca se lo crean-


Y esta  mañana, me levanté, me bañé, me fui a sacar unas fotocopias de Historia, pasé por el jardín de mi mamá a dejarle unos dibujos para un disfraz que me quiero hacer y acá estoy. Me encantó estar sola a la mañana un rato, sentir el sol y el aire libre. Fue un fin de semana tranquilo, pero me gustó mucho. No soy una chica que necesite demasiadas cosas para ser feliz, a pesar de que a veces lo parezca. También puede ser que volví a mi estado de perfección (Así digo cuando las cosas me salen bien porque, claro, siempre voy a estar muy alejada de la idea general de perfección) O que me estoy tomando las cosas con más calma. No sé, siempre trato de estar contenta a pesar de todo y cuando pongo mi voluntad y optimismo en eso, las cosas me salen bien. Aunque no quiero pensar en eso, porque cada vez que tomo consciencia de que está todo bien y que puedo ser feliz porque tengo todo para serlo -Bueno, ya sé que no es tan así. A veces cuando veo la vida de otras personas me siento incompleta, porque parecen tener más cosas y ser más felices, aunque ¿Quién decide quién es más feliz? Pero déjenme ser optimista y descubrir que esas personas pueden no ser lo que aparentan o bien, que hay personas que tienen menos que yo. No es momento de sentir envidia ni de tirar mi autoestima que es muuuuuuuuuuuy cambiante y extremista- se me da vuelta el mundo y me sale todo mal. Es como cuando trato de hacer la vertical en gimnasia: Cuando me doy cuenta de que llegué arriba, los brazos se me aflojan, me quedo sin fuerza y doblo los codos, y me caigo.

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Me gustó como me salió esa frase para terminar la entrada, pero algo  más que quiero decir:
Hoy caminando por la calle me dí cuenta -En realidad ya lo vengo sintiendo desde antes, pero en fín-  de que espero con muchísimas ansias el verano. En algún momento dije que me pone nostálgica y es verdad, pero también me hace feliz. Más que cualquier otra cosa; es como si las cosas de todos los días me parecieran mejores cuando hace calor y brilla el sol. Llega esta época del año y quiero que terminen las clases -Aunque después me arrepiento cuando veo lo rápido que se me pasan los años y lo poco que me queda de la secundaria- estar aburrida, salir a tomar helado, caminar con mis amigas después de que rindan sus materias e irme a Miramar. Llega esta época del año y necesito a Miramar. 
Los primeros y los últimos días de clases siempre son los mejores y la paso muy bien pero quiero que terminen por el tema de las pruebas. Sé que tiendo a ser exagerada, pero algunas pruebas me preocupan bastante y eso sumado al último torneo que me queda, el examen de fin de año de inglés y la fiesta de gimnasia me convierten en el increíble Hulk y tengo ganas de romper y tirar todo para ser libre y feliz ♪

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